La presentación del Samsung Galaxy S5 hace unos meses terminó con un aluvión de críticas y diversas trolleadas como la que ves sobre estas líneas. Esas críticas han tenido consecuencias directas para su creador, puesto que el responsable de su diseño ya no trabaja en Samsung.
Chang Dong Hoon, que así se llama ese responsable, fue invitado la pasada semana a dimitir de su cargo para que sea ocupado por Lee Min Hyouk. Samsung ha decidido cortar por lo sano al no poder permitirse esas críticas del principal pilar de su gama de teléfonos, que no ha arriesgado con el diseño, prácticamente inalterado desde el Samsung Galaxy S3. Según The Next Web, lo que ha penalizado al nuevo buque insignia de la compañía surcoreana han sido “la continuidad en el diseño, las texturas elegidas, y por seguir apostando por el plástico en la gama más alta”.
Son cosas que los usuarios han demandado desde hace tiempo, porque si están pagando unas grandes cantidades de dinero por un teléfono premium, los acabados y el diseño deben de ser una parte tan importante como el resto de especificaciones del smartphone y donde los acabados y materiales metálicos parecen tener una mejor aceptación que los plásticos.
Con sus usuarios enfadados, a Samsung parece que no le servirá con actualizar su teléfono estrella el año que viene, les toca innovar y apostar fuerte por unos mejores materiales, un diseño nuevo y un hardware que no sea tan conservador como en las dos últimas actualizaciones donde ni siquiera el lector de huellas o sensor cardiaco parecen haber sido suficientes.
A pesar de todas esas críticas, el smartphone ya ha conseguido sobrepasar en un 30% las ventas de su predecesor comparando las primeras semanas desde que se pusieron a la venta.
Vía | Gurú Móvil