Los que realizamos un seguimiento diario de los temas tecnológicos más importantes somos conscientes de que Android es una plataforma que se mueve muy rápido. Los desarrolladores se preocupan por mantener el sistema operativo móvil de Google en constante actualización, pero a veces los fabricantes de smartphones y tablets demoran en adoptar las versiones más recientes.
La fragmentación del catálogo siempre ha sido uno de los principales problemas de Android, aunque poco a poco parece que Gingerbread está ganando terreno a sus predecesores. La versión 2.3.x del SO desarrollado en Mountain View alcanzó el 50.51% de la cuota de instalación en smartphones.
De todas maneras vale mencionar que las versiones más antiguas del sistema operativo siguen acaparando el 47% del mercado. La edición 2.2 Froyo se mantiene como la más usada detrás de Gingerbread, aglomerando a un 35.3% del total de smartphones Android. Lo que sorprende es que todavía haya dispositivos que implementen las versiones iniciales de la plataforma: Cupcake (Android 1.5) y Donut (1.6).
Ahora habrá que ver qué ocurre con Ice Cream Sandwich. Los especialistas esperan que la mayor parte de los usuarios de Gingerbread den el salto a Android 4.0, pero la principal preocupación reside en saber cuánto demorarán los fabricantes en adaptar sus equipos a la versión más reciente del SO de Google.
Sería bueno que tanto los desarrolladores de Android como los fabricantes de gadgets se pusiesen de acuerdo para evitar la fragmentación del mercado. Esto sería de gran ayuda para los usuarios (porque tendrían que realizar menos actualizaciones manuales) y para los desarrolladores de aplicaciones.
Vía | Mashable.