27 de enero de 2010. Steve Jobs realizaba una de sus espectaculares presentaciones en la que nos daba a conocer un producto completamente diferente a todo lo que habíamos visto hasta el momento: el iPad. Una tableta, del tamaño de una libreta y un grosor espectacularmente fino que nos permitiría acceder a Internet y ejecutar un sinfín de aplicaciones que se irían creando especialmente para ella. Casi un ordenador, pero transportable y cómodo.
En aquel momento, muchos pensaron que sólo se trataba de un juguete tecnológico, que no tenía ninguna utilidad real y que sólo respondía a otra campaña publicitaria de Apple para sacarnos el dinero. Otros, en cambio, quedaron completamente alucinados ante las mil posibilidades que le vieron al invento. Quizá tanto unos como otros tuvieran algo de razón. Pero lo que nadie podrá negar es que el iPad marcó el principio de una nueva era.
Poco más de dos años más tarde, ya han salido a la venta dos modelos de iPad y se espera la llegada del tercero en los próximos meses. Y también han salido cientos de modelos de otras marcas y sistemas operativos que cada vez van tomando más fuerza en el mercado, pero que de momento no llegan a las cuotas de la tablet de Apple.
Las tablets están ya tan integradas en las vidas de quienes amamos la tecnología que nos resulta extraño pensar que hace tan sólo dos años ni siquiera existían. Así que eso que ahora nos parece aún impensable, el hecho de que lleguen a sustituir totalmente a los ordenadores, podría ser sólo cuestión de tiempo.
Y también puede ser un punto de reflexión acerca de todos los gadgets que aún quedan por llegar y que pueden cambiar en cierto modo nuestro estilo de vida antes de lo que esperamos.