Las grandes empresas realizan varias auditorías al año donde presentan los resultados financieros del último trimestre correspondiente. Ayer fue el turno de los coreanos de Samsung y para desgracia suya, esos resultados financieros no son todo lo buenos que les gustaría a ellos y a los inversores.
Samsung llevaba creciendo trimestre a trimestre desde hacía años, impulsado por la nueva era que han marcado los smartphones. A raíz del protagonismo que Samsung tuvo junto con la llegada del primer miembro de la familia Galaxy S, todo ha ido sobre ruedas para ellos, hasta hoy.
Los resultados del segundo trimestre del año fiscal suponen un total de ingresos de 51.400 millones de dólares, de los cuales el beneficio neto es de 7.100 millones. Son datos altísimos, pero que con respecto a los del primer trimestre del año donde se consiguió unas ganancias netas de 9.400 millones de dólares, suponen una gran bajada.
Muchos han podido ser los motivos, pero la propia compañía en un intento por calmar a los inversores, destaca la debilidad de su moneda, el Won y sobre todo a la caída de la venta de tablets, achacado por un ciclo de renovación más alto que el de los teléfonos móviles junto con una mayor competencia.
Con todo, Samsung están esperanzados con los dispositivos que están por llegar en los siguientes trimestres que podrían reflotar estos resultados junto con una campaña navideña siempre bienvenida.
Vía | Alt1040