Hace meses cuando el operador norteamericano Verizon compró a Vodafone la parte que le correspondía de su propia empresa, sabíamos que Vodafone iba a salir de compras por Europa y centrándonos en el mercado español, ONO se encontraba en el punto de mira.
Según el diario Expansión la negociación de la venta del operador de cable ONO a Vodafone ya se ha iniciado, anticipándose a la salida a bolsa del operador. Vodafone necesita de una infraestructura de cable para poder competir con Movistar y los otros operadores con red propia en materia de fibra óptica y servicios combinados, mejorando los que ofrece actualmente.
Como eso lleva mucho tiempo, dinero y adopción por parte del cliente, la compra de ONO se hace más cómoda, no sólo porque la infraestructura ya está desplegada -aunque no llegue hasta el hogar, porque lo hacen con cable coaxial-, sino también porque serviría para anexionarse todos los clientes que tiene el operador, tanto de teléfono fijo y fibra óptica como los que está consiguiendo en líneas móviles, cuyas cifran ya alcanzan los dos millones y medio si sumamos ambas.
Esos clientes se sumarían al casi millón que ya tiene Vodafone como servicio de internet en el hogar, lo que hace aún más suculenta la compra. La necesidad de mejorar y ganar clientes no es ningún capricho para Vodafone y aunque probablemente ONO no se venda nada barato, parece que el destino del operador está sellado.