Samsung ha lanzado en Japón y Tawian un nuevo smartphone de la gama Galaxy, que lleva por nombre Galaxy J. Lo más seguro es que no lleguemos a ver este terminal en Europa, al menos hasta el próximo año, pero merece la pena que hablemos de él porque es uno de los pocos modelos de la marca que utiliza el metal como material para su cubierta en lugar del policarbonato habitual.
Las especificaciones técnicas de este modelo son muy similares a las que podemos encontrar en el Galaxy S4, y es precisamente esa carcasa metálica lo que lo diferencia principalmente.
Con este lanzamiento, aunque sea únicamente para el mercado asiático, muchos han visto una declaración de intenciones por parte de Samsung, un intento de diferenciarse ante la competencia cada vez mayor en terminales Android a través del uso de materiales más sofisticados. De hecho, la mayoría de fabricantes de smartphones de gama alta ha apostado en sus lanzamientos de este año por cuerpos metálicos o de materiales avanzados, y Samsung parecía estar ajena a este fenómeno.
Pero lo cierto es que Samsung no es Apple. No es una marca que se caracterice por la necesidad de diferenciarse constantemente. Más que nada porque entre los fieles al sistema operativo Android es todo un referente, que marca el ritmo de lo que posteriormente hacen el resto de fabricantes. Y nadie va a dejar de comprar un Galaxy S4 o un Note 3 porque esté fabricado en policarbonato, un material que no da problemas a la hora de recibir la señal. Al fin y al cabo, al final la mayoría de los smartphones acaban metidos en una funda…