Las ventas de iPhone no paran de crecer, pero esto no ha impedido que los beneficios de Apple hayan experimentado su primer descenso en 11 años.
Sin embargo, esta caída no tiene en cuenta los ingresos diferidos, por lo que la repercusión no ha sido demasiada en las acciones del gigante de la electrónica de consumo. En pocos minutos, las acciones de la compañía de Tim Cooks, que tras hablar de la caída bajaban su precio en un 1%, subían casi un 2%.
Los ingresos diferidos son los gastos que termina teniendo un usuario de un dispositivo Apple, que no se cuentan a niveles de contabilidad hasta dos años más tarde de la compra del terminal. Pero si tenemos en cuenta ya esos ingresos podemos afirmar que el futuro se presenta muy halagüeño para la compañía de la manzana.
Pero tampoco resulta extraño que se produzca un bajón en los ingresos de Apple teniendo en cuenta que desde la presentación del iPad la compañía no ha lanzado ni un solo producto que resulte verdaderamente innovador. Los nuevos smartphones y tablets, aunque tengan prestaciones más avanzadas, no dejan de ser más de lo mismo. Y la gestión de la compañía por parte de Tim Cooks está muy lejos de alcanzar la creatividad e innovación mostrada por su predecesor, Steve Jobs.
¿Estamos, entonces, ante el principio del fin de Apple. Probablemente no. El iPhone y el iPad siguen siendo el objeto de deseo de la mayoría de los amantes de la tecnología. Pero esta bajada en los ingresos puede ser un toque de atención para una compañía que necesita urgentemente que corran aires nuevos.