El pasado martes se presentó el iPad Air, la última tableta de Apple. Y probablemente muchos usuarios del iPad 4 se preguntarán si merece la pena cambiar sus terminales por los nuevos. Para responder a esto, vamos a analizar las principales diferencias entre ambos.
Para empezar, el iPad Air es bastante más ligero que el anterior. Le quita más de 200 gramos de peso y eso tiene que ver con que también es más delgado. El iPad Air pesa 453 gramos mientras que el iPad 4 pesa 662 gramos. Los 7,4 mm de grosor de la nueva tablet influyen bastante en esta diferencia de peso.
Otro de los puntos en los que el iPad Air destaca especialmente sobre el 4 es su potencia. La nueva tableta de Apple posee un procesador A7, presenta también en el iPhone 5S, mientras que el iPad 4 tenía un A6X. Para los que no sean muy entendidos en materia de procesadores, esto implica que el iPad Air puede llegar a ser hasta 8 veces más rápido que su antecesor. Y para los que aún tengan el iPad original, podrán ver un aumento de la velocidad de hasta 72 veces.
Lo que se ha visto reducido con respcto al iPad 4 es la batería, pero no porque los responsables de Apple hayan dejado de darle importancia a este factor (uno de los que más interesan a los usuarios), sino porque la potencia del procesador del iPad Air hace que con una batería más pequeña la carga pueda durar bastante más que en el modelo anterior. Por lo tanto, el único factor que podría llevarnos a seguir planteándonos la compra de un iPad 4 es el precio. Y es que, como suele ser habitual, al llegar un modelo nuevo el anterior baja de precio. A partir de ahora podremos encontrar un iPad 4 de 16 GB por 379 euros, mientras que el iPad Air de la misma capacidad estará disponible el 2 de noviembre por 479 euros.