La reciente presentación del Sony Xperia Z Ultra ha vuelto a abrir el debate sobre si las phablets, un dispositivo intermedio entre el smartphone y la tableta, son una moda pasajera o un apuesta de futuro.
Hace unos años, la idea de un teléfono tan grande nos hubiera parecido una locura. Pero hoy en día utilizamos cada vez más el móvil para navegar por Internet o para ver vídeos, y el tener una pantalla de gran tamaño ha dejado de ser un handicap para convertirse en una gran ventaja.
Y es que con estos dispositivos tenemos todas las ventajas de dos de los gadgets que más utilizamos en la actualidad: las tablets y los smartphones. Usualmente, el smartphone es mucho más cómodo para llevarlo de un lado a otro porque nos cabe fácilmente en un bolsillo, pero para visitar páginas web o ver películas y series la tablet, con su mayor tamaño, es claramente más cómoda. Lo ideal sería utilizarlos los dos pero, en un mundo que requiere que estemos moviéndonos de un lado a otro y sin embargo nos obliga a permanecer conectados, suele resultar bastante incómodo cargar con los dos aparatos. Y al final cuando estamos fuera de casa procuramos apañarnos con la minipantalla del smartphone.
Y precisamente este es el motivo por el cual muchos piensan que las phablets son el dispositivo del futuro, que terminará acabando con smartphones y tablets: nos permiten consumir el contenido de forma cómoda gracias a su gran tamaño, pero nos permiten hacer llamadas igual que con el smartphone.
El gran problema de las phablets viene a la hora de realizar llamadas. Llevarse el dispositivo a la oreja puede ser bastante molesto. Además, para quienes acostumbran a llevar el smartphone en el bolsillo un tamaño tan grande es francamente incómodo. Porque las phablets tienen muchas ventajas, sí, pero también bastante inconvenientes.