En 2011 las operadoras gastaron unos 2.000 millones de euros en terminales, antes de que Movistar acabara con esa política. Ahora Vodafone la retoma pero de forma limitada, para frenar una política irracional ya que este gasto en terminales supone 2,5 veces lo invertido.
Movistar de momento no se ha planteado cambiar. Seguirá con subvenciones solo para los clientes, y mayor subvención cuanto más gasten. Pero cuando sus clientes solicitan la portabilidad a Orange, entonces sí se le hacen subvenciones por terminales potentes. Cuando se da esa situación, y según lo que consuma el cliente, se les contraoferta con una subvención para un nuevo móvil. Lo que diferencia esta política de la de Vodafone es que es una política de fidelización de sus propios clientes, que no pretende atraer a los de la competencia.
Los responsables de la compañía han confirmado ante la prensa que el cambio de estrategia de Vodafone no supondrá otro para Movistar. La empresa de Telefónica asegura que sus promociones, descuentos y subvenciones seguirán enfocados a mantener a los clientes ya existentes, y que no lanzarán ninguna campaña demasiado agresiva para captar a los procedentes de otras operadoras.