Puede que se esté pasando de moda, puede que haya sido afectada por la crisis o puede que los usuarios estén esperando el lanzamiento del nuevo iPhone 5.
El caso es que, después de dos trimestres seguidos barriendo, los resultados de Apple en el segundo trimestre de 2012 han sido un poco más pobres de lo esperado.
Apple ganó entre abril y junio unos 8.800 millones de dólares, lo que supone algo más de 7.200 millones de euros. Esto supone un crecimiento de uno 22% con respecto a la misma época del año anterior, pero está un 15% por debajo de las previsiones de la compañia. Además el palo ha venido por partida doble.
Para el cuarto trimestre del año la empresa ha rebajado sus previsiones un 25% con respecto a lo que pensaban inicialmente los analistas. Curiosamente, fuera de Estados Unidos las ventas fueron mejor que dentro.
Curiosamente el causante de este bajón es el que en su día fue el producto estrella de la marca, el smartphone iPhone. Entre abril y junio, la compañía solo fabricó 26 millones de unidades de este teléfono móvil, nueve millones menos que en el trimestre anterior. Se esperaba que las ventas sufrieran un bajón, pero menos abrupto.
Por lo menos, se esperaba que 29 millones de iPhones encontraran nuevo dueño, pero sólo han conseguido venderse unos 26. Sin embargo, las ventas del iPad siguen disparadas, habiendo vendido 17 millones de terminales, lo que supone un crecimiento con respecto al trimestre anterior de casi un 45%.
Según los analistas, este bajón en las ventas del iPhone se debe a que el nuevo iPhone 5 está a punto de salir a la venta, y los consumidores prefieren esperar a este modelo antes de comprarse uno que en poco tiempo dejará de ser la última novedad.
Cuando salga a la venta este nuevo modelo de smartphone será cuando verdaderamente sepamos si Apple puede seguir siendo lo que era después de la muerte de Steve Jobs.