Desde su fallecimiento el pasado jueves, el mundo entero llora la pérdida de Steve Jobs, el creador de Apple. Visionario, gurú y, sobre todo, genio, han sido las palabras que más se han escuchado en torno a una persona que prefería definirse a sí mismo simplemente como empresario. Pero una vez pasadas todas las condolencias, las dudas ahora pasan por saber qué pasará con la compañía ahora que ya no pueden contar con la ayuda de el que fuera su alma mater. Si Apple seguirá liderando el sector o pasará a ser una empresa más es algo que habrá que ver con el tiempo.
Lo cierto es que gran parte del éxito de Apple estaba basado en Steve Jobs. De hecho, cuando sólo un par de días antes de su muerte la empresa presentaba el iPhone 4S y las novedades en los modelos de iPod, muchos echaron de menos la espectacularidad de las presentaciones de Jobs. En la primera prueba de Apple después de que su creador decidiera dejar la empresa, los seguidores de la marca se sintieron algo decepcionados. Y esa es la principal razón por la cual muchos no le dan un futuro demasiado halagüeño a la compañía tras la muerte de su líder.
El debate sobre si el éxito de Apple se basa en la calidad de sus productos y en las fuertes estrategias de marketing diseñadas por Steve Jobs ha estado en la calle desde siempre. Y ahora es el momento de que se demuestre la verdad. Si los fans de Apple realmente aman los productos de la marca, el fallecimiento de su líder no tiene por qué suponer un descalabro empresarial. Pero si era sólo el magnetismo de Jobs el que nos atraía, el futuro puede ser muy distinto al que se esperaba.