Ethan Zuckerman, el creador de las pop-up, está arrepentido. “No sabía lo que estaba trayendo al mundo”, afirmó lleno de remordimiento. Es por eso que busca disculparse, y lo hace mediante un ensayo titulado ‘El pecado original del Internet’, publicado en la web The Atlantic.
Fue durante la década del 90 mientras este curioso personaje trabajaba en la empresa Tripod.com. La intención era crear y diseñar un sitio web que comercializara contenidos y servicios a graduados universitarios. Sin embargo, el negoció no logró el éxito que deseaban. Es así como la empresa intento otros servicios, hasta que llegaron a la publicidad.
Fue así así como el programador se dedicó analizar las páginas personales con el objetivo de ofrecer de publicidad más directa y personalizada. De esta forma se creó la herramienta más odiada del mundo. “Era una forma de asociar un anuncio con la página de un usuario sin ponerlo directamente en la página (…) Yo escribí el código para abrir la ventana y ejecutar un anuncio en ella. Lo siento. Nuestras intenciones eran buenas”, explica.