Hace unos años, si le decíamos a alguien que queríamos comprar un smartphone chino probablemente nos dijera que estábamos locos, o que seguro que íbamos a llevanos un terminal de imitación de las grandes marcas y de baja calidad. Pero ahora las cosas han cambiado, y si echamos un vistazo a los números del último informe IDC que salió publicado la semana pasada podemos ver cómo China se está convirtiendo en uno de los principales exportadores de telefonía a nivel mundial.
De esta manera, el gigante asiático se dispone a sustituir a Corea como el principal país fabricante de productos tecnológicos de Asia. Claro que desbancar a Samsung, que sigue siendo la marca más vendida a nivel internacional, no será nada fácil, pero teniendo en cuenta que ya hay dos marcas chinas (Huawei y Lenovo) entre las 5 más vendidas (donde también se cuelan Apple y LG) es fácil vaticinar que el futuro de los smartphones puede venir de China.
China ha logrado este crecimiento gracias a un aumento significativo de la calidad de sus smartphones, sin que haya supuesto una subida grande de los precios. ¿Y cómo consiguen buenas prestaciones a precios bajos?. Pues básicamente porque los fabricantes chinos pueden permitirse un margen de beneficios menor al de las grandes empresas. Esto, sumado a unas campañas de marketing menos agresivas y menos costosas, permiten que comprar un móvil chino sea la forma de conseguir precios bajos y calidad aceptable.
Hasta ahora la limitación que tenían los móviles chinos era que no terminaban de cerrar acuerdos con las operadoras, pero ahora ya están empezando a manejar este arte con maestría. El momento en que tener un móvil procedente de China sea lo más habitual está, por tanto, más cerca de lo que muchos piensan.
Foto | John Karakatsanis