Hace algunos años, los netbooks llegaban al mundo de la informática dispuestos a comerse el mundo. Se trataba de ordenadores pequeños y ligeros, lo que los hacía muy cómodos para llevarlos de un lado a otro, y aunque sus prestaciones eran muy inferiores a las de los portátiles tradicionales, para entrar en Internet o usar Office (que es para lo que la mayoría usa el PC) eran más que suficientes.
Pero luego llegaron las tablets y acabaron con el reinado del netbook. Porque para hacer cuatro cosillas fuera de casa es mucho más cómodo cargar con una tableta que hacerlo con un ordenador, y para trabajar en casa o en la oficina seguía siendo mejor un portátil de toda la vida. Las marcas fueron dejando poco a poco de fabricarlos, pero ahora parece que hemos encontrado a su heredero. Se trata del Acer Aspire Switch, un dispositivo que se queda en un término medio entre el netbook y la tablet.
El equipo está completamente centrado en su pantalla táctil de 10 pulgadas, que puede unirse o separarse del teclado a nuestro antojo mediante un enganche magnético. Y en función de si lo utilizamos con o sin teclado podremos elegir si actúa como un smartphone o como una tablet. De este modo tendremos la ligereza de la tablet para llevarlo en el autobús o el metro y la comodidad del netbook para sentarnos a trabajar.
Muchos pensaréis que no es nada nuevo, que esa idea ya la presentaron fabricantes como Asus o Lenovo. Pero lo que marca la diferencia en el Acer Aspire Switch. Por 345 euros, que es lo que viene costando una tablet de 10 pulgadas, tenemos todo el potencial de un portátil para llevarlo allá donde deseemos.
Foto | Tabletmagazine