21 de abril de 1989. Salía al mercado japonés Game Boy, una consola portátil que permitía disfrutar de nuestros juegos favoritos mientras viajábamos en tren o en autobús, algo inaudito hasta ese momento. Hoy, este invento cumple 25 años, estando aún en la memoria de muchos de los que hoy rondamos los 30, ya que la consola fue una importante parte de nuestra historia. Por ello, aún nos saca una sonrisa recordarla incluso en la época de los smartphones y las tablets.
La predecesora de la Game Boy fue la Game & Watch, un dispositivo de juegos portátiles que arrasó en los años 80 y que ponía a Nintendo en el mapa del mercado del videojuego. Pero la Game & Watch únicamente disponía de un juego aunque triunfaron por ser portátiles, económicas y duraderas.
Después de vender 40 millones de unidades de la Game & Watch, Gunpei Yokoi recibió el encargo de elaborar una nueva consola que tuviera una ranura para insertar cartuchos. Pero para alcanzar el éxito se propusieron que tenía que tener las mismas virtudes del aparato que lanzó a Nintendo al éxito: debía ser barata, consumir poco y ser robusta. Incluso aunque eso supusiera perder algo de potencia.
Así, cuando comenzó a generalizarse a principios de los 90, su potencia y sus prestaciones técnicas no tenían comparación con la poderosa Atari o la Game Gear de Sega, que entre otras cosas ofrecían pantalla en color. Y sin embargo fue la Game Boy la que más se ganó el corazon de los aficionados al videojuego. Era mucho más barata, y también mucho más cómoda de llevar en el bolsillo. Y eso la convirtió en la tercera consola más vendida de la historia (sólo por detrás de Nintendo DS y PlayStation 2) con más de 118 millones de unidades.
En 2003 dejó de producirse la Game Boy con una catálogo de juegos bastante amplio y una vida larga llena de éxitos. Ahora buscamos otro tipo de juegos portátiles, especialmente centrados en smartphones y tablets, pero el legado que nos dejó la consola portátil de Nintendo quedará en nuestra memoria por muchos años.
Foto | William Warby