Ouya, la consola Android que llegaba dispuesta a revolucionar el mercado de los videojuegos. Y ahora que ha pasado el tiempo suficiente como para empezar a analizar, seguro que muy pocos podemos afirmar que conocemos a alguien que tenga una consola con el sistema operativo de Google. Y muchos se preguntan por qué un sistema que ha arrasado en smartphones y tablets no parece ser apto para el mundo del videojuego.
Para empezar, uno de los factores que han llevado a las videoconsolas Android al fracaso ha sido la falta de alternativas. Quitando la pionera que ya hemos mencionado, Ouya, apenas han salido al mercado más proyectos serios de consolas Android, solo imitaciones chinas prácticamente genéricas que no aportaban nada nuevo salvo más de lo mismo y con menor calidad.
Pero probablemente lo que más haya echado atrás a los usuarios a la hora de plantearse la compra de una consola Android sea el catálogo de juegos disponible. La mayoría de los juegos para Android que se pueden encontrar a día de hoy son juegos pensados para móviles y, precisamente por ello, es más cómodo jugar desde un smartphone o una tableta en lugar de con un mando. Y si queremos jugar en televisión, otras consolas como PlayStation o Xbox disponen de un catálogo de títulos mucho más potente. Y el precio tampoco es un motivo para hacerse con una consola Android, porque al fin y al cabo acaban costando casi lo mismo que un dispositivo de los más populares.