En las tiendas especializadas en el sector es posible encontrar cámaras ocultas en todo tipo de objetos. Desde las gafas (al más puro estilo Google Glass) y los relojes hasta otros más llamativos como bombillas, percheros o calculadoras.
¿Y cuál es el público objetivo de este tipo de tiendas espía? O, en otras palabras, ¿quién compra una cámara oculta? Pues el modelo de negocio de estos comercios está especialmente basado en los detectives privados y profesionales de la seguridad y la vigilancia, aunque lo cierto es que también reciben pedidos de personas que no tienen nada que ver con el sector del espionaje, y que le dan un uso personal o simplemente buscan tener un objeto original.
Y es que, al contrario de lo que pudiéramos imaginar, los precios de las cámaras ocultas no son desorbitados. Es posible encontrar modelos por menos de 100 euros, aunque los más sofisticados y que graban sonido e imágenes de mayor calidad suelen tener un precio más elevado.
Lo cierto es que, independientemente de que tengamos o no interés en el sector de la vigilancia, merece la pena darse una vuelta por las webs de este tipo de tiendas, ya que en ellas se pueden encontrar gadgets verdaderamente curiosos. Si siempre has soñado con llevar una cámara escondida en el bolígrafo o en un reloj en ellas encontrarás la posibilidad de hacerlo realidad.