Desde hace tiempo sabemos que Kodak está pasando por el momento más difícil de su historia. La empresa pionera en el ámbito fotográfico está tomando medidas drásticas para evitar la quiebra. Horas atrás los directivos anunciaron los planes de vender sus negocios de películas, escáners comerciales y kioscos fotográficos.
La propuesta se suma a la subasta de patentes de imágenes digitales informada durante junio. Kodak apuesta a la venta de negocios como una de sus pocas salidas para generar ganancias nuevamente. Recordemos que la compañía debe conseguir 660 millones de dólares, aproximadamente, para pagarles a sus acreedores y evadir la bancarrota.
La reorganización de Kodak también abarca el alejamiento del mercado de consumidores, para centrarse exclusivamente en productos de impresión y empaquetado comercial y servicios empresariales. “Estos negocios tienen perspectivas de crecimiento substancial a largo plazo y son el núcleo del futuro de Kodak”, según el comunicado oficial.
A pesar del desprendimiento de negocios que en otras épocas fueron claves, la empresa dice que no planea abandonar su legado. Por dicho motivo promete encontrar compradores con intereses similares y “comprometidos a servir a los clientes”. Por lo pronto se desconoce el estado de las transacciones, las posibles sumas de dinero involucradas o los potenciales interesados en adquirir los negocios prescindidos por Kodak.
Los ejecutivos de la compañía estadounidense confían en sanear sus deudas y escapar de la bancarrota en algún momento del año próximo. Hay que ver si consiguen el objetivo. Sin dudas sería una lástima que una compañía del calibre y la antigüedad de Kodadk quede completamente en la ruina.