En los últimos años se ha comentado mucho acerca de si la posibilidad de jugar en el Smartphone o la Tablet terminaría por poner fin a la era de las consolas. Ahora que los dispositivo móviles ya están generalizados, podríamos decir que no ha sido así, y que los verdaderos gamers prefieren disfrutar de sus juegos favoritos en la pantalla grande del televisor o el PC en lugar de en un gadget que, en el mejor de los casos, tendrá un tamaño que no superará las 10 pulgadas.
Sin embargo, hay un terreno que se está volviendo un poco más pantanoso: el de las consolas portátiles. Este tipo de dispositivos no ganan a las tabletas ni en tamaño (la mayoría tienen una pantalla mayor) ni en algunos casos en potencia. Y teniendo en cuenta que en las tiendas de aplicaciones cada vez hay una mayor variedad de juegos de calidad, la situación para las consolas de este tipo se complica.
Tan sólo Sony y Nintendo siguen apostando fuerte por este tipo de consolas. Pero la PS Vita, que fue presentada con muchas expectativas, no ha logrado el éxito esperado, y no se ve tanto en parques y colegios como su predecesora, la PSP. La gama DS de Nintendo ha sobrevivido un poco más, en parte por la aceptación del público infantil, pero también gracias a los fans de sagas concretas como Super Mario o Pokemon, que de momento se quedan fuera de smartphones y tablets.
De todo esto podemos deducir que las consolas portátiles no han muerto del todo, pero las marcas que pretendan sobrevivir en este negocio tendrán que hacerlo a base de juegos muy concretos que encandilen a los seguidores.
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