Octubre es un mes diferente en el calendario de las grandes multinacionales, porque es cuando habitualmente muestran sus cuentas y resultados financieros del tercer trimestre del año fiscal. El turno de Amazon no ha sido bonito para nadie, ni para sus inversores ni para el propio presidente Jef Bezos, pues ha tenido que declarar que han perdido por el camino más de 400 millones de dólares.
Concretamente las pérdidas ascienden en este trimestre a 427 millones de dólares, en sólo tres meses. Tras el anuncio, la empresa cayó en bolsa, aumentando el descontento de los inversores.
Los motivos pueden ser muchos, pero el principal problema de este trimestre ha sido el desastroso arranque del Fire Phone, la arriesgada carta que se habían reservado hasta ahora y donde la jugada no les ha salido bien, puesto que es un dispositivo que no ha gustado a nadie, es muy caro y lamentablemente, ocupa un espacio precioso en los almacenes de Amazon.
Esas pérdidas relacionadas con el Amazon Fire Phone ascienden a 170 millones de dólares, de las cuales 83 millones sólo serían teléfonos que se han fabricado y no se han vendido y que con toda probabilidad, no venderán a no ser que casi los regalen.
Un experimento muy caro que tendrá que marcar un antes y un después en la estrategia de Amazon si quieren recuperarse de este palo.