¿Puede una app para smartphones acabar con el negocio del taxi? Este es el debate que se ha creado a causa del éxito de Uber, una aplicación que pone en contacto a particulares para la realización de trayectos en vehículos privados, ejerciendo como intermediaria en el cobro del servicio.
Uber nos permite buscar un viajero que vaya a realizar el mismo camino que nosotros y esté dispuesto a llevarnos en su coche. Una vez que los encontramos y lo contactamos, realizamos un pago a través de la misma aplicación que posteriormente recibirá el conductor (salvo una pequeña comisión que se queda el servicio). Por lo tanto, el funcionamiento es muy similar al de pedir un taxi. Y ahí es donde el colectivo de taxistas ha entrado en cólera.
Según hemos podido leer en El Mundo, la Confederación del Taxi de España ha pedido al Gobierno y las Comunidades Autónomas que veten el servicio de Uber en nuestro país, acusando a la aplicación de fomentar el trasporte pirata y la economía sumergida, vulnerando la legalidad establecida.
Pero no es la primera vez que Uber se encuentra con problemas legales. La semana pasada, el Tribunal de Comercio de Bruselas ya ordenó a la aplicación a cesar sus actividades, una medida que ha sido muy criticada ya que se acusa al estamento de poner más énfasis en defender los derechos de los taxistas que los de los consumidores. El colectivo del taxi, por su parte, alega que este servicio podría poner el servicio más de 10.000 puestos de trabajo.
La mayoría de los que critican este tipo de medidas alegan que lo que hace Uber es facilitar eso que hemos hecho siempre de quedar con un amigo o un compañero de trabajo para ir a la oficina o a la universidad, algo que no debería ser criticado ya que nadie puede decirnos a quién tenemos que llevar en nuestro coche. Los que están a favor de las protestas afirman que la diferencia es que en este caso hay una empresa que se está enriqueciendo con los transportes entre particulares. La polémica está servida.
Foto | Brad Hammons