Era una compra anunciada desde que Verizon Wireless recompró las acciones que Vodafone tenía de su propia compañía. Con ese dineral el operador británico saldría de compras por Europa o lo invertiría en mejorar sus infraestructuras y en el caso de España han optado por la primera opción tras semanas de negociaciones y un tira y afloja con ONO. Finalmente, la cablera ha cedido cancelando su salida a bolsa y aceptando la oferta, pasando a formar parte de Vodafone por nada menos que 7200 millones de euros.
De esos miles de millones, hay que resaltar que casi la mitad de ellos se van a utilizar para pagar la deuda que ONO tenía hasta el 31 de Diciembre del año pasado, que ascendía a más de 3.300 millones. No existirá financiación ni apoyo bancario, porque Vodafone tiene dinero de sobra para pagar ese dinero en efectivo y de manera inmediata, a falta de conocer si los organismos reguladores europeos y de la CNMC dan su visto bueno al movimiento más agresivo que ha tenido el mercado de las telecomunicaciones en España en los últimos años.
En cuanto a lo que el cambio supone para los actuales usuarios de ONO, parece que conoceremos nuevos datos sobre la operación y los nuevos cambios a lo largo del día de hoy. De momento y lo que nos debería preocupar, es la salida de un durísimo competidor en el mercado de las telecomunicaciones, lo que podría afectar a la competencia que se traían entre ellos. Con Vodafone muy fuerte, especialmente en las altas velocidades, Orange está en clara desventaja y podría mirar hacia la compra de otro operador menor. Jazztel, Adamo, Euskaltel, R y otros operadores regionales podrían sonar con fuerza, aunque de momento no son más que especulaciones.
Vía | Nota de prensa