El Chromecast de Google es un dispositivo para consumir desde el sofá contenido audiovisual en alta definición distribuido por plataformas como Netflix, Youtube o Vevo, a través del el teléfono móvil, la tableta o el portátil como control remoto.
Tiene el tamaño de un llavero y se está haciendo muy popular en Estados Unidos y supone una alternativa a Apple y Roku, tanto por su precio como por su simplicidad, a pesar de tener algunas limitaciones.
Su funcionamiento es muy simple. Se conecta al HDMI de la pantalla y el cable que le da la corriente a la clavija USB —o al enchufe de la pared— y el dispositivo de Google para consumir contenido digital está listo para funcionar Unicamente hay que cambiar después el input del monitor y sincronizarlo con la red wifi para que el Chromecast se pueda emparejar a la tableta o al teléfono interactivo.
Su uso también es sencillo. Antes debe haberse instalado la aplicación que permite completar el proceso en el dispositivo donde se utilice. Es una obviedad, pero es un paso fundamental. Lleva como mucho cinco minutos. El aparato es tan pequeño que se oculta perfectamente tras la televisión. Y su precio hace difícil las comparaciones: 35 dólares (25,6 euros).