4K. Pero su implantación no va a estar nada fácil.
El 4K, también llamado UHD (Ultra Alta Definición) es un formato que pretende que los televisores HD que hoy tenemos en casa nos parezcan obsoletos.
El próximo Mundial de Fútbol que tendrá lugar en Brasil el próximo verano es la excusa perfecta para que intenten hacernos creer que necesitamos un televisor nuevo.
Pero para que realmente se aprecie el aumento de calidad es necesario un televisor muy grande, para lo que hay que tener mucho espacio en el salón, algo cada vez menos habitual.
Junto con las pantallas curvas, el 4K se muestra como el estandarte de la calidad, sin embargo, muy pocos estarán dispuestos a asumir sus costes.
Hay que tener en cuenta que cada vez es más habitual ver la televisión individualmente, en el ordenador o la tablet, por lo que un gran televisor para toda la familia tiene cada vez menos sentido.
Pero el principal problema del 4K es la falta de contenidos. Actualmente no existen canales de televisión que ofrezcan contenidos en este estándar, y para acceder a él mediante servicios online como Netflix o Hulu harían falta conexiones de más de 50 Megas por segundo. Y, ¿para qué vamos a gastarnos una cifra indecente en un televisor de gran calidad si luego no vamos a poder apreciarla con los contenidos disponibles?.
Un televisor 4K de gran formato puede llegar a costarnos miles de euros. Y mientras no haya contenidos que hagan que merezca la pena, es poco probable que tengan éxito.