La empresa norteamericana de telecomunicaciones Verizon contaba con el apoyo financiero de la británica Vodafone. Estos últimos han recibido una alegría, Verizon les comprará su parte de la empresa por nada menos que 100.000 millones de euros, de los cuales la mitad serán dinero contante y sonante y la otra mitad en acciones.
Vodafone ahora contará con mucho, muchísimo dinero para mejorar sus infraestructuras, invertir en las nuevas redes 4G en todos los países donde opera… pero también necesita invertir en redes domésticas para lanzar una buena apuesta y productos convergentes. En lo que respecta a España, Vodafone podría salir de compras y pujar abiertamente por una cablera ya implantada, Jazztel y Ono suenan como posibles objetivos de compra.
A priori Ono parece una mejor opción por contar con mayor cuota de mercado y una red híbrida mucho más extendida, además el operador de cable acaba de anunciar en el Encuentro de las Comunicaciones de Santander que muy pronto ofrecerá conexiones de nada menos que 500 mbps, marcando un nuevo hito en la historia de las telecomunicaciones en España, aunque no concretaron mucho más.
No está muy claro qué hará Vodafone, pero lo que sí parece evidente es que el teleoperador necesita hacer un movimiento agresivo para un mejor posicionamiento y qué mejor manera de hacerlo que poniendo billetes sobre la mensa para afianzarse en todos los mercados donde opera.