LG está dispuesta a convertirse en una de las marcas referencia en el mercado de los smartphones. Y su último intento de conseguirlo viene de la mano del Optimus G, un smartphone cuya apariencia (y algunas de sus características) recuerdan al Nexus 4 de Google. Es un poco más caro, eso sí, pero también tiene algunas ventajas, como la cámara de fotos de 13 MP, que se ganará el cariño de muchos.
El tamaño de la pantalla no está nada mal, 4,7 pulgadas con una superficie bien aprovechada, escaso marco para ganar espacio sin llegar a resultar incómodo al cogerlo con una mano. Y para los que les gusta tener el móvil siempre como el primer día, tanto su parte frontal como la trasera están protegidas contra los arañazos.
Precisamente la tecnología usada para la pantalla es uno de sus puntos fuertes. Es más sensible de lo habitual, ya que cuenta con una capa menos entre el cristal y la membrana. Así, por ejemplo, se puede usar con guantes, de los normales. Y como responde al toque de forma inmediata parece mucho más rápido aunque realmente no lo sea, lo cual resultam muy cómodo.
El sistema operativo, como en la mayoría de los smartphones de la marca, es Android, y además llega bastante limpio, menos maquillado que en otros fabricantes. Otras de sus características más interesantes son el procesador Qualcomm de 4 núcleos y los 2 GB de memoria RAM. En cuando a la memoria interna, cuenta con 32 GB, lo suficiente para que no tengamos que quejarnos por necesitar más. Sobre todo porque (y este es el principal fallo del terminal) no cuenta con ranura Micro SD. Su precio, alrededor de los 600 euros.