Uno de los productos más llamativos que pudimos conocer en el pasado CES fue la Sony Cyber Shot WX80, una cámara que cabe en un puño pero que no tiene nada que envidiar a otras compactas de mayor tamaño.
Además, dispone de dos cualidades que resultan bastante interesantes, como su su conexión WiFi y la posibilidad de utilizar el efecto Beauty Effect.
El único problema que encontramos con el WiFi es que todavía no está bien resuelto el emparejamiento de dispositivos. Vamos, que no es darle a un botón y ya: hay que descargar una aplicación en el móvil que utilicemos, generar la red WiFi desde la cámara, y conectar el móvil a esa red una vez que nos haya aparecido en pantalla. No es que sea complicado, pero sí puede resultar cansino repetirlo cada vez que la vayamos a usar.
A cambio tiene la ventaja de que nos permite utilizar la cámara de forma remota desde un teléfono móvil. Estaría bien para determinadas tomas porque el fotógrafo no está detrás de la cámara y se podrían capturar imágenes más naturales, especialmente para hacer fotos a nuestros hijos o mascotas. El problema es que no es instantáneo, ya que entre que pulsamos el botón y que se hace la foto pasan un par de segundos.
Pero para utilizar servicios en la nube sí resulta muy práctico. Una vez conectada la cámara al teléfono o al ordenador (todavía no está el software para los Mac) podemos compartir nuestras fotos en Facebook o subirlas a Dropbox en cuestión de segundos.
El efecto Beauty Effect es muy simple (nada que ver con lo que podemos hacer con Photoshop) pero para los aficionados puede resultar bastante divertido.
Su precio tampoco está nada mal, por 190 euros puedes hacerte con ella.