Cuando el porcentaje de personas que tienen smartphone en Europa y Estados Unidos es cada vez mayor, el nuevo reto de los fabricantes de telefonía móvil está en los mercados emergentes. Ya hemos comentado en alguna ocasión como algunas marcas están replegando sus esfuerzos en América Latina. Y ahora parece que África es el nuevo mercado a conquistar por parte de las marcas.
Ya el mes pasado Intel lanzó el primer modelo con su procesador Atom pensado especialmente para el mercado de Kenia. Y estos últimos días ha sido Huawei la que se ha lanzado a la conquista del mercado africano, sacando en exclusiva para ese mercado un smartphone con sistema operativo Windows Phone, cámara de fotos de 5 megapíxels y una tienda de aplicaciones pensada especialmente para el continente.
La tasa de penetración de smartphones en África es todavía muy baja, alrededor del 10% y todavía está creciendo en número de líneas móviles instaladas. Esta puede ser una combinación atractiva para los fabricantes de smartphones de gama baja, con los terminales Android que cuestan menos de 100 euros como los verdaderos protagonistas.
Claro que África presenta unos cuantos problemas que hacen que a los fabricantes de telefonía móvil no les resulte un mercado fácil. Por una parte está el tema de las infraestructuras, que hacen que sea absurdo lanzar allí los mismos móviles que hacen estragos en Norteamérica y Europa. Y por otra está la disparidad entre los países, ya que el mercado sudafricano es muy diferente al de Kenia o Costa de Márfil. Pero si triunfar en África fuera fácil no sería un reto. Y los fabricantes de smartphones parecen dispuestos a asumirlo.