A todos nos gusta tener siempre las últimas actualizaciones de software en nuestros smartphones y tablets, pero pocas veces nos paramos a pensar si son convenientes.
Y es que a veces nos dejamos llevar por la novedad, sin darnos cuenta de que en ocasiones no nos hace falta más de lo que tenemos para el uso que le damos al smartphone. Y lo cierto es que las actualizaciones de software suelen tirar más de procesador cada vez, por lo que tener el sistema operativo en la última versión puede hacer que el móvil nos vaya más lento de lo normal.
Así que antes de actualizar hay que tener en cuenta una serie de puntos:
- ¿Nos aporta alguna mejora? La mayoría de las actualizaciones vienen acompañadas de nuevas funcionalidades, pero en muchas ocasiones no son más que una cuestión de estética, por eso no hay que dejarse llevar por la novedad.
- ¿Le irá bien a nuestro teléfono? Puesto que en muchos casos el rendimiento será peor, será un teléfono o tablet más lento, por lo que estaremos mejor con la versión antigua.
- ¿Es realmente necesaria? Uno de los principales motivos para actualizarnos es la necesidad de disponer de la nueva versión, por lo que hay que ver si nos la exigen las aplicaciones que utilizamos habitualmente.
- ¿Ofrece mejoras de seguridad? Esto sí que puede ser vital, aunque los cambios sean menos visibles.
Por lo tanto, antes de hacer click en en enlace de la actualización de software hay que informarse bien acerca de las características de esa nueva versión del sistema operativo y ver si las novedades que trae consigo son realmente necesarias. Y en el caso de que no sea así, puede que sea preferible quedarse con una versión antigua antes de arriesgarnos a ralentizar el teléfono.