Mientras muchos piensan que hoy en día los niños están demasiado sobreprotegidos por sus padres, otros opinan lo contrario, que los progenitores no prestan a sus vástagos la atención que necesitan. Y en el caso de los videojuegos, una reciente encuesta realizada por Playr2 parece que la situación más extendida es la segunda. Y es que según este informe un 64% de los padres no mira la edad recomendada de cada título antes de comprárselo a sus hijos.
Los resultados de la encuesta, realizada mediante el planteamiento de un cuestionario a 1.221 padres con hijos menores de 17 años, muestran como los progenitores de hoy en día parecen no estar demasiado interesados en lo que ven sus hijos cuando están delante de la consola.
Pero la cuestión es aún más preocupante, ya que más de la mitad de los padres no es que no sepan si los juegos que utilizan sus hijos son aptos para su edad, es que ni siquiera les preocupa que usen juegos para mayores de edad.
Simon Kilby, creador de Playr2, asegura haberse sorprendido bastante con los resultados de la encuesta, y cree que la situación puede llegar a ser preocupante.
Según la legislación europea, todos los videojuegos deben ser clasificados por el Código PEGI, unos sellos que clasifican cada juego en función de sus contenidos y que deja ver de forma clara cuál es la edad mínima para la que esos títulos resultan adecuados.
Datos como el de esta encuesta demuestran que a los padres aún les queda mucho por aprender acerca del mercado de los videojuegos, hacia el que no parecen tener ningún interés.