Se acabó lo de los misteriosos nombres de los teléfonos HTC como Explorer o Wildfire, al menos en lo que se refiere a los de gama alta. La compañía coreana ha decidido reorganizar sus teléfonos inteligentes y recogerlos bajo la denominación One, con lo que probablemente quieran referirse a la primera calidad que pretenden conseguir con ellos. Y bajo la gama HTC One llegan tres modelos, S, X y V, que están dispuestos a pegar fuerte.
Podríamos decir que estos tres modelos, justo en ese orden, van de lo más potente (y caro) a lo más simple. Probablemente, por su potencia, sea el HTC One S el que más pueda llamar la atención de los geeks. Se trata de un smartphone hecho en policarbonato blanco y, aunque podemos encontrar algunos cambios en el diseño externo, el estilo es parecido al de sus anteriores terminales. Estéticamente bonito y con estilo propio, una de sus mayores virtudes es su procesador de cuatro núcleos, dedicando uno de ellos por completo al control de la cámara.
Esta cámara es de 8MP un poco menos de lo que se puede encontrar hoy en día en los teléfonos de alta gama, pero los megapíxels no son todo, y la lente del HTC One S es mucho mejor que la media de los móviles habituales. Para arrancar la cámara sólo necesitamos 0,7 segundos y para enfocar 0,2. Otra ventaja es que el disparo se realiza en ráfaga de cuatro imágenes por segundo, así que podremos elegir fácilmente cuál de las cuatro imágenes que hagamos es la que más nos gusta.
Además de la alta calidad de su cámara, la música es otra de las funciones más que más demandan los usuarios de móviles y este nuevo modelo de HTC saca partido de su asociación con Beats para lanzar un móvil que lleva el certificado de la marca. Además, en la parte de atrás lleva un conector con cinco pines, dos de los cuales están dedicados al audio.