Seguramente hoy Papá Noel habrá dejado un lector de libros electrónicos debajo de más de un árbol de navidad, y el día de Reyes caerán otros cuantos. Y es que se calcula que a lo largo de 2011 se habrán vendido en España unas 280.000 unidades de e-books. Unas cifras nada desdeñables que dejan claro que, a pesar de que muchos consideran que no tiene sentido comprar un libro electrónico tras la llegada de las tablets, estos dispositivos siguen buscando su sitio.
Y es que realmente las tablets tienen una función muy diferente a la de los libros electrónicos. Estos últimos funcionan con tinta electrónica, que facilitan la lectura durante un periodo de tiempo mayor sin dañarnos la vista. Por lo tanto, para quienes sólo quieran leer, es mucho más práctico que una tableta.
El libro electrónico es un dispositivo pensado para los lectores asiduos, ya que si no leemos a menudo no merece la pena realizar una inversión en un lector.
Sin embargo, lo curioso es que, a pesar de los 280.000 unidades de libros electrónicos que se han vendido en nuestro país, sólamente se han vendido unos 180.000 títulos. Esto equivale a poco más de medio título para cada lector. Las causas de esto pueden deberse en parte a que muchas personas se compran un e-book por capricho y luego no lo utilizan lo suficiente, aunque la piratería también puede jugar un papel bastante importante en estas cifras.
Los precios de los libros electrónicos no son mucho más bajos que los de un libro en papel, y eso hace que muchos usuarios ni siquiera se planteen la posibilidad de adquirir los títulos de forma legal, y se centran en las descargas ilegales. Así que parece claro que la solución al problema pasa por una bajada de precios.