Este año, en EEUU ingresarán más dinero los desarrolladores de juegos para iOS y Android que los fabricantes de videojuegos para consolas portátiles como PSP o Nintendo DS. Así que parece que los smartphones están empezando a ganar la partida a las videoconsolas tradicionales.Esta tendencia de momento no ha llegado a Europa, pero no sería extraño que acabara aterrizando aquí en un futuro demasiado lejano, ya que los juegos en móviles y redes sociales están cobrando cada vez más peso, probablemente por lo económico de sus precios y lo sencillo de su manejo.
Claro que los grandes aficionados a los videojuegos pensarán que esto no son más que patrañas y que es imposible comparar los minijuegos que encontramos en las aplicaciones para móviles con los grandes títulos que aparecen cada año para consolas. Por supuesto que no tienen comparación. Pero un gran número de las personas que juegan en dispositivos móviles no buscan ser unos gourmets de los videojuegos, sino simplemente entretenerse un raro mientras viajan en avión o esperan el autobús. Y para eso, con los juegos para móviles es más que suficiente, mientras que para los amantes de los buenos juegos siempre será más cómodo una consola de sobremesa y un televisor que la minipantalla de una PSP o una DS.
Por lo tanto, aunque eso aún se ve un poco más lejos, no parece ninguna locura vaticinar el fin de la consola portátil. Desde luego que aún tienen mucho tirón entre un determinado sector del público, pero conforme se vayan creando más y mejores títulos para teléfonos irán poco a poco perdiendo su fuelle. Lo malo es la incomodidad de jugar manejándonos con la pantalla táctil, pero supongo que también a eso nos acabaremos acostumbrando.