Últimamente los estamos viendo por todos los lados, cada semana tenemos noticias sobre la inclusión en el mercado de un nuevo modelo de disco duro SSD, más rápido y con más capacidad que los que había hasta entonces, y encima con precios que empiezan a ser más o menos asumibles si tenemos en cuenta el uso que le vamos a dar y la mejora sobresaliente que obtendremos con ellos en cuanto a rendimiento.
¿Qué son?
Los discos SSD son discos duros que en lugar de estar formados por platos y por partes móviles, están construidos con memorias Flash (como las que encontramos en los teléfonos móviles, o reproductores de música, tablets etc). Gracias a esto todo son ventajas puesto que son muchísimo más rápidos, más eficientes energéticamente (gastan menos batería en un portátil por ejemplo), más seguros (si por ejemplo el portátil se nos cae, probablemente no se rompa perdiendo toda la información contenida, como probablemente sí pasaría con un HDD tradicional) y más silenciosos.
¿Para qué sirven?
Son discos SSD, debido a su alto precio por GB en comparación con los HDD tradicionales, están enfocados al almacenamiento del sistema operativo del ordenador así como algunas de las aplicaciones que más utilicemos para que así rindan mejor, y no están hechos para almacenamiento masivo, pues no llegan a altas capacidades como los discos duros tradicionales (actualmente el máximo del que disponen son 3TB frente a los 600GB de los SSD más modernos). Por ello lo ideal es si tenemos un ordenador de sobremesa y queremos dar el paso a un SSD, podemos disponer de un disco SSD con poca capacidad (no recomendaría menos de 60GB) para el Sistema Operativo y un disco duro tradicional para el almacenamiento masivo como las descargas, las bibliotecas musicales y fotográficas etc. Si contamos con un portátil, lo mejor sería comprar un disco duro SSD con más capacidad y dejar el almacenamiento masivo en los discos duros externos.
Gracias a esa velocidad añadida, el ordenador se enciende y se carga por completo en segundos, las aplicaciones al ejecutarlas lo hacen de manera instantánea y la velocidad de transferencia de archivos se multiplica incluso por 20 (con respecto a un HDD de 5400rpm) por lo que conectores como el USB 3.0, SATA, FW 800 y ahora el nuevo Tunderbolt, sacarán mucho partido de esas velocidades de transferencia. Aunque no todo son ventajas, son sensibles a los campos magnéticos y son más lentos con operaciones secuenciales.
¿Merece la pena?
Dependerá del uso que le des a tu ordenador, no lo recomendaría para personas que lo utilizan o le exigen poco debido a su alto coste, de nada sirve un SSD para usar Office o navegar por internet, aunque la mejora general siempre existirá. Lo recomendaría para gente que sí le exige rendimiento a su ordenador, que buscan ampliarlo cada cierto tiempo para que no se quede tan anticuado, los que buscan sacarle mucho provecho, para los que cuentan con un portátil para trabajar y un sobremesa para todo lo demás etc.
¿Que modelos existen?
Existen muchas marcas y modelos, así como de capacidades diferentes. Recomendaría los OZC Vertex 2 o los nuevos Vertex 3, Corsair Force, Kingston SSDNow, Crucial RealSSD o los nuevos Intel Serie 320. Quizás estos sean los SSD más conocidos y los que más se han vendido, cuentan con muchísimas páginas sobre cómo configurarlos así como foros de soporte técnico, algo que se debe tener en cuenta.